La caja de cambios de un vehículo es lo que nos permite que se ponga en marcha haciendo que las ruedas obtengan, a través de la transmisión, el par motor que es la fuerza que ejerce el motor sobre su eje de potencia. Esto nos permite el movimiento de nuestro coche permitiendo ofrecer la fuerza necesaria para superar la resistencia al avance.
Esto se consigue a través de engranajes que hacen que la relación entre el movimiento de las ruedas varíe adaptándose a la velocidad de la conducción y haciendo que la fuerza que impulsa del vehículo se regule mediante la palanca de la caja de cambios. Este mecanismo logra así cumplir con varias funciones.
Una es la ya mencionada puesta en marcha del vehículo. La segunda consiste en la posibilidad de pasar de una marcha a otra para permitir el par necesario para que el vehículo pueda moverse manteniendo una relación adecuada con el movimiento del motor. La tercera función de la caja de cambio es que nos permite desacoplar el motor de la transmisión lo que nos permite parar el vehículo o dejarlo en punto muerto.
Por último, la caja de cambios también nos permite cambiar el sentido de la conducción permitiendo la marcha atrás ya que usa un engranaje que cambia la relación del movimiento de las ruedas con respecto al motor.
La caja de cambios es uno de los elementos que nos permiten interaccionar directamente con el motor de nuestro vehículo y su uso correcto nos permite sacar mayor rendimiento de la conducción. Cosas tan importantes como la seguridad o la eficiencia en el consumo de combustible dependen de que se use este elemento de nuestro coche adecuadamente.
También hay que considerar la estrecha relación de la caja de cambios con el embrague. Éste último es el mecanismo que nos permite interrumpir la comunicación entre el motor y la transmisión permitiendo el cambio de marcha.
Diversas señales nos indican la avería en la caja de cambios de nuestro vehículo
Debido al uso continuado de la caja de cambios se pueden producir diversas averías que evitan que realice correctamente su desempeño. Una serie de señales nos pueden indicar que nuestra caja de cambios está rota y requiere de reparación o sustitución.
Para tratar los problemas de las cajas de cambio deberemos diferenciar entre los sistemas de cambio manual y automático. En el primero es necesaria la intervención del conductor para realizar el cambio de marcha mediante la variación de la posición de la palanca para establecer su funcionamiento de acuerdo con el uso del motor del vehículo.
En el cambio de marchas automáticos este ajuste entre la velocidad de las ruedas y el giro del motor se hace automáticamente sin intervención del usuario.
En el caso de las cajas de cambios de sistema manual se pueden producir las siguientes averías:
- Dificultad para meter marchas. Más allá de la propia pericia del conductor el uso de las marchas caja de cambio debe ser fluido. Si no se puede usar con facilidad posiblemente haya que realizar algún tipo de ajuste. Suele resolverse ajustando la lubricación que une de la palanca como manipulamos la caja de cambios.
- Ruido en los cambios de marcha. Sucede cuando al realizar el cambio se escucha un ruido muy característico de rascado, entonces es hora también de revisar la caja de cambios. Se trata de un desajuste con el cable del embrague y que permite su activación. Será necesario mejorar su tensión porque seguramente se encuentre muy holgado debido a su uso continuo.
- Bloqueo al intentar meter una marcha. Unos elementos de seguridad de la caja de cambios llamados bolillos de seguridad evitan que dos marchas entren a la vez mientras conducimos. Cuando estos se desgastan dejan de cumplir su funcionamiento provocando el bloqueo. Será necesario reponerlos para que se pueda seguir usando con normalidad.
Las averías de las cajas de cambios automáticas suelen provocar problemas específicos
En los sistemas automáticos las cajas de cambios pueden presentar los siguientes problemas:
- Las marchas resbalan. Se debe a una lubricación ineficiente del mecanismo que necesita ser solucionado.
- Aceleración ineficiente. Si vemos que nuestro vehículo no adquiere la velocidad requerida a pesar del cambio de marcha, en este caso el desgaste se produce en otro de los elementos: los convertidores de par. Estos son los que establecen la relación entre el movimiento del motor y el de las ruedas. Sería necesaria su sustitución en este caso.
- No se produce un cambio de marchas. Lo apreciaremos sobre todo por que el motor estará forzado. Se trata de un fallo generalizado de la caja de cambios que necesitará una revisión de todos los elementos para su ajuste o reposición en su caso.
Recuerda que un correcto uso de las cajas de cambios y del embrague pueden ayudar a evitar su desgaste excesivo. Un correcto mantenimiento también ayudará a maximizar su funcionamiento. En VAMOS.es podrás disfrutar de los mejores coches gracias a su increíble renting. Recuerda que también nos ocupamos de los correspondientes mantenimientos para que evites este tipo de problemas.